Senadores del pueblo

[Publicado en La Opinión] Patricio Hernández. ¿Cuántos ciudadanos de la Región de Murcia serían capaces de decir los nombres de los senadores murcianos? ¿habría alguien capaz de recordar una sola iniciativa de estos próceres políticos en la llamada Cámara Alta? El Senado se ha convertido en una institución incomprensible y absurda, en un símbolo del gasto inútil y la representación vacía. Por eso no es de extrañar que se multipliquen las voces que piden, en tiempo de injustos recortes, directamente su desaparición.

El 20N volveremos a elegir, entre el hastío y la rutina, a nuestros senadores. Las oligarquías políticas que ocupan como una propiedad la representación pública nos presentarán una vez más la relación de dóciles funcionarios del partido y grises profesionales del poder dispuestos a ejercer esta función. 

El duopolio político que se reparte el poder nos va a ayudar a que no nos equivoquemos (¡hay que ver qué torpes somos!) y así ha acordado unas reformas para asegurar mejor el resultado deseado: la papeleta sepia al Senado será más pequeña y los dos partidos mayoritarios se han reservado las posiciones de cabeza en la misma mientras la ubicación de los demás se sorteará entre el resto de candidaturas. Como lo leen. Además, y aunque el sistema de elección del Senado es el de listas abiertas, los candidatos no vendrán como en el pasado ordenados alfabéticamente, sino que el orden nominal lo pondrán los partidos, para ayudarnos a elegir a aquellos que más les convienen a las todopoderosas cúpulas. 

También habrá menos candidaturas, para lo que se ha limitado, contra toda lógica democrática, las posibilidades de presentar listas: sólo podrán concurrir opciones que ya estén representadas en el Senado o aquellos que hagan el hercúleo trabajo, prácticamente inviable, de recoger 10.000 avales (en la Región) en veinte días. 

Pero en esta ocasión los murcianos y murcianas pueden, sorteando estos y otros obstáculos, y siempre que el ruido ensordecedor de la desequilibrada campaña les permita distinguir las voces de los ecos, hacer otro uso del derecho que aún tienen de elegir senadores.

Si superando su lógico escepticismo (ese en el que arraiga la idea anarquista de que si elegir representantes sirviera para algo, ya estaría prohibido) los ciudadanos de la Región quisieran elegir auténticos senadores del pueblo, libres y comprometidos con los intereses de la gente, van a tener una rara (por lo poco común) oportunidad.

En Murcia estamos haciendo un ensayo político avanzado de lo que puede ser la revitalización de nuestra anémica democracia. Reclamando la recuperación de la soberanía democrática frente a la claudicación a la espuria dictadura de las finanzas, y defendiendo la liberando de los ciudadanos del la dominación de los aparatos políticos que sostienen la lógica perversa del sistema que nos domina, un grupo de ciudadanos, agrupados en lo que hemos llamado Asamblea para el Senado, vamos a presentar una candidatura al Senado con un programa de verdadero cambio y regeneración política.

Para ello hemos pedido a los partidos de la izquierda más consecuente que retiren sus candidaturas a esta cámara y den cobertura legal a una lista cívica elegida en primarias abiertas y con un programa elaborado y decidido democráticamente en asambleas de ciudadanos. IU, Equo y un pequeño partido local (Movimiento por Santomera) han aceptado esta propuesta y formalizado una coalición electoral meramente formal para permitir esta concurrencia.

No es una lista de los partidos, es una lista de la gente. Los candidatos y el programa son el resultado de un proceso horizontal de participación democrática que desafía el sistema de representación política institucionalizado. El proceso, inédito en la Región pero también fuera de ella, se ve muy forzado por los plazos exiguos a que nos obliga un calendario muy apretado. Hasta el día 11 de octubre se presentarán los candidatos a las primarias. Los ciudadanos interesados en participar en esta experiencia, sin más obligación que acudir con su documento de identidad podrán votar el viernes 14 de octubre en distintas mesas que serán anunciadas, y de esta forma se elegirá la lista que será presentada.

El programa ya está siendo discutido en asambleas abiertas, de las que estos días se están empezando a constituir por los pueblos y ciudades de la Región. En el programa están recogidas nuestras respuestas a los principales problemas de los ciudadanos que no se encuentran en los programas de las formaciones mayoritarias: desde la garantía de los derechos sociales y la defensa de los servicios públicos, al avance en la laicidad del Estado o la efectiva igualdad de género; desde la dación en pago a la reforma fiscal progresiva y las políticas de estímulo público para salir de la crisis; desde la reforma de la tramposa ley electoral a la extensión de la democracia participativa; pasando por la reconversión del modelo de desarrollo hacia otro sostenible ambiental y socialmente justo o la lucha contra la precariedad, la pobreza y la exclusión, etc.

Un programa al servicio de los intereses de la mayoría, un compromiso por la regeneración democrática y el Estado Social, una apuesta por la hegemonía de la política frente al obsceno sometimiento de los Gobiernos a la plutocracia y el dictado de la gran banca, defendido dignamente por senadores del pueblo.

Con todo, lo más importante, incluso más allá del resultado que se obtenga (no nos engañamos con las posibilidades de un empeño como este en las circunstancias actuales) es el proceso iniciado: la frescura y la riqueza de estos encuentros de ciudadanos que no se resignan a no recuperar el sentido original de una política donde todos cuenten. Un sentido desdibujado y perdido por las derivas del sistema partitocrático y la hegemonía del pensamiento neoliberal, y que abre nuevas expectativas más allá del 20N y que pretende ser un ejemplo a seguir fuera de la Región. 

Retengan este nombre: Asamblea para el Senado.